Como uno de los sitios más famosos para visitar al visitar Pekín, China, la Ciudad Prohibida es un lugar que transportaría a casi cualquiera al pasado. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987 debido a su incomparable belleza, y dado que la estructura y la singularidad del palacio se consideran un elemento fundamental de la historia, se ha garantizado su excelente conservación en el futuro.
Cómo llegar a la Ciudad Prohibida
La Ciudad Prohibida, de 70 hectáreas y ahora conocida como el Museo del Palacio, se consideraba un lugar prohibido, ya que solo el emperador podía recorrerlo cuando quisiera. Si un funcionario del gobierno, un miembro de la familia imperial o cualquier otro invitado manifestaba su interés en visitarla, debía obtener el permiso únicamente del emperador y de nadie más, sin excepción alguna. Esta regla se aplicó durante el reinado de los 24 emperadores que residieron en el Palacio durante las dinastías Ming y Qing, y la tradición comenzó en el año 1420.
Se decía que los astrónomos de la antigua China creían que en el centro del cielo se podía ver una estrella púrpura llamada Polaris. Por eso, como símbolo de estar en el centro de la tierra, el emperador chino debía vivir en un Palacio Púrpura para simbolizar su relación con la estrella celestial.
La Ciudad Prohibida, con unas 8700 habitaciones estimadas, está rodeada por cuatro muros de 10 metros de altura que forman un rectángulo. Todos estos muros tienen puertas para impedir la entrada no autorizada y los ataques enemigos. Fue en 1924 que el último emperador chino residió en el Palacio, y hasta entonces, se están llevando a cabo importantes renovaciones para preservar el recuerdo de la vida del más alto oficial de la legión china.
Una visita a China estaría incompleta sin pasar algún tiempo en el Templo Prohibido, y ver los vívidos tonos que representan los colores de la familia real definitivamente alegraría el día de cualquiera.